Trás aquella correspondencia inesperada, con la cabeza embota y multitud de ideas a cerca del caso Abrante, preparé el baño porque necesitaba una ducha que me dejará la mente fresca y despierta.
Encendí de nuevo otro pitillo, cuando lo acabé lo deposite en el cenicero, en ese cenicero donde se podían contabilizar el número de horas muertas al día, que había pasado junto a el en función del número de cigarrillos que consumía y así como la multitud de pensamientos que se encendían y ese esfumaban entre las paredes de aquel sobrio salón.

Entré en la ducha, silbando una vieja canción, con mi toalla de Lisboa en el hombro, deje que el agua resbalará por toda mi piel, como intentando que con ello atrajera la claridad a mi mente, finalmente me enjabone con el gel de NB Palmolive, cuando me estaba secando con la toalla escuché de fondo el telefono.
No me di prisa ninguna en secarme, porque para mi el momento de la ducha y del aseo personal es todo un ritual sagrado, una vez echada la colonia de Jean Paul Galtier, peinado, afeitado y con ropa puesta, me dispusé a ir hacia el salón.

Cogí el telefono y vi en el identificador de llamadas que se trataba mi madre, la verdad que bastante extraño porque hacía un par de meses que no sabía nada absolutamente de ella, bien por mi dejadez, bien por su indiferencia pero bueno las relaciones maternofiliales, varían con el tiempo para bien o para mal, así que rellamé...

Me coge el telefono mi madre y me dice: si, digame
A lo que contesto: mama, soy yo tu hijo Alvaro, ¿a caso no me reconoces la voz?
Replica: Alvaro si es que a penas me llamas, cada vez que hablamos es un milagro, mira te llamaba para preguntarte ¿Que tal estas? , me han comentado lo de tu apuñalada, anda que me llamas o me dices algo...
Y dije: mama, son gajes del oficio tampoco quería preocuparte si hubiera sido algo malo realmente que te hubiera llamado...
Mi madre me contesto: si hubiera sido algo malo, me llamaría la policía antes que tú... anda que me tienes contenta bueno a ver si te pasas por aquí que he llamado a tu hermano para que venga que os tengo que comentar una cosa.
Y dije: vale, mama en breve voy para allá...

La conversación era la típica que siempre mantenemos, ella me recrimina y yo simplemente me excuso para evitar discusión y disgustos a mi señora madre, salí de casa y cogí el coche, en 25 minutos llegué ahí me encontré de nuevo Tocando en el nº7 de la Calle de Nuestra Señora de la Esperanza



Continuará.....



Pd. Para todos los lectores del blog, espero que hayan tenido una buena entrada del año y que este les traiga todo lo que desean.